Ponce de León ha descubierto la fuente de la juventud y ha bebido de la inmortalidad en los últimos momentos de su vida. En un instante, envejeció para toda la eternidad. Nuestro Ponce de León es un inmortal para quien el tiempo supone un gran dilema. Éste es constante, algo impuesto, y su batalla personal reside en retener el tiempo completamente o hacer que las agujas del reloj vayan más rápido. Para Ponce de León, el tiempo es un problema corporal y solo escapando de este recipiente podrá escapar del tiempo en sí. (FILMAFFINITY)