Febrero de 2006. Después del entrenar con el equipo de fútbol del instituto, Luke Abbate dio un paseo en coche con varios compañeros de clase. A pesar de las advertencias de los chicos, el conductor, que iba a una velocidad excesiva, perdió el control del vehículo, provocando un terrible accidente. Luke sufrió una lesión cerebral irreversible y murió en el hospital unos días antes de su decimosexto cumpleaños. Desde entonces, su familia y sus amigos decidieron rendirle homenaje en todos los partidos levantando una mano con los dedos separados, ya que el cinco era el número de la camiseta de Luke cuando jugaba. (FILMAFFINITY)