En una ciudad de Pennsylvania, el cierre de la la fábrica de automóviles deja a la mayoría de la población sin trabajo. Un capataz (Michael Keaton) consigue convencer a una empresa japonesa para que vuelva a abrir la fábrica local. Al principio, todos lo consideran un héroe, pero las cosas cambian radicalmente cuando, obedeciendo a sus jefes, se ve obligado a supervisar con un rigor excesivo el sistema de trabajo de los obreros.