Jeffries es un agente del FBI con problemas de respeto a sus superiores. A causa de ello le han destinado a la escucha de pinchazos telefónicos, hasta que un día le asignan la investigación del caso de un chico desaparecido, Simon, cuyos padres han sido asesinados. Consigue dar con él y resulta ser un niño autista de 9 años con una prodigiosa capacidad para desvelar códigos supuestamente infranqueables del gobierno.