Un joven muere fulminantemente en un avión procedente de Australia. Ante el temor de que pudiera tratarse de un brote de gripe aviar, las autoridades norteamericanas deciden poner en cuarentena a todo el pasaje. Pero, durante el traslado, uno de los pasajeros consigue escapar, convirtiéndose así en el transmisor de una cadena interminable de muertes.