"Desviar la atención, esa es la clave. Si no lo olvidas, nadie podrá detenerte nunca". Estas son las palabras que el ladrón Théophraste Lupin dice a su hijo Arsène antes de ser asesinado por un misterioso cómplice. Arsène, que ha heredado de su padre la pasión por el robo, no dejará nunca de aplicar esta máxima. Embriagado por la euforia de los primeros éxitos, aún le falta el autocontrol y la paciencia de los grandes ladrones "de guante blanco". El encuentro con una misteriosa aventurera, la Condesa de Cagliosotro, lo involucrará en una gran conspiración.