Darío llega a la isla de Rodas para descansar después de un período de guerras en Grecia, especialmente invitado por el rey. Pronto se ve envuelto en una serie de acontecimientos nada tranquilizadores. Las intrigas del primer Ministro Thar para apoderarse de la isla con la colaboración de los fenicios, la muerte del hermano menor de los líderes de la revolución al intentar asesinar al rey de Rodas, el descontento entre los habitantes de la isla al tener que pagar más impuestos y trabajar como esclavos en la construcción del famoso guardián del puerto y la finalidad guerrera con que se ha construido éste, hace que Darío, llevado de su noble espíritu, se ponga al lado de los patriotas que luchan para derrocar a Thar.