Cinco albañiles construyen y destruyen un monumento que realiza una arquitecta falsa.
Una alegoría sobre el poder y la libertad, el trabajo y la colonización, a través de la historia de un grupo de obreros que construyen un monumento público. ¿Alguien recuerda de aquel proyecto de López Rega que pretendía la construcción de un gran Altar de la Patria que reuniera, en un único edificio, todas las figuras míticas de la historia argentina? Desde San Martín hasta Perón. Desde las estampas del Billiken de nuestra infancia hasta las tetas de Libertad Leblanc de nuestra adolescencia. Todos los tópicos de la argentinidad reunidos en un mismo espacio. Pero la construcción se demora. Los obreros se entretienen con sus propias pulsiones masturbatorias. ¿O es que acaso la Argentina es una construcción imposible? Siempre a punto de comenzar, siempre desplegando grandes proyectos, grandes planos que jamás llegan a concretarse.