Homenaje satírico al cine mudo norteamericano, en el que grandes estrellas como Paul Newman o Burt Reynolds se autoparodian. Mel Brooks interpreta a un director, en su día moderno, que le propone al jefe del estudio lo que él considera una idea fantástica para una película: hacerla muda. Está convencido de que su “última locura” evitará que un conglomerado de empresas absorba el estudio.