Ruby Baker (Leelee Sobieski), una jovencita de dieciseis años y su hermano, de once, quedan huérfanos cuando sus padres mueren en un accidente automovilístico. Los niños reciben la noticia de que entre inversiones, seguros de vida y ahorros, han heredado más de cuatro millones de dólares. Pero por su corta edad, deberán estar bajo cargo de un guardián legal, elegido previamente por sus padres en caso de fallecimiento. Los guardianes legales de los niños son Terry y Erin Glass, adinerados ex vecinos de los finados padres, en los que aparentemente confiaban tanto que les asignaron como tutores de los niños. Ruby y su hermano pasan entonces a vivir bajo la tutela del matrimonio Glass, y aunque todo parece ir bien, hay ciertas pistas que hacen sospechar a Ruby que la pareja no es tan honesta como parece y que su apariencia acomodada puede ocultar problemas financieros que la herencia de los niños podría solucionar. Entonces Ruby comienza a espiar a sus tutores para determinar si sus sospechas son ciertas o si se trata de simples coincidencias y malos entendidos.