Pasolini recrea con su personal estilo los divertidos cuentos eróticos de "El Decamerón" de Boccaccio. Entre otros, está el cuento de Andreuccio de Perugia, que se deja convencer por unos ladrones para quitarle un rubí al cadáver de un arzobispo. Entre los cuentos de carácter licencioso está, por ejemplo, el de Masetto de Lamporecchio, un hortelano que se finge sordomudo y loco para entrar al servicio de las monjas de un convento y disfrutar con ellas de las delicias del lecho compartido.