La estación de investigación 320, situada 800 metros por debajo del suelo antártico, ha dejado de estar operativa. Ahora, centenares de hambrientas criaturas en constante mutación y con un atroz apetito de carne humana, andan sueltas por las instalaciones. Ocho supervivientes deberán sobrepasar 13 niveles infernales hasta llegar a la superficie.