Al precio de mantener oculta su aficción por el relato histórico, Hernán es el preferido de su autoritaria abuela.
Un día la hermana del joven escritor manipula el azar y pone ante los ojos de la anciana, aquel secreto tan celosamente guardado. El cerebro de la abuela cae en profundo coma, pero un apetito voraz inexplicablemente la mantiene atada a la vida.