La bella Valeria está triste. Alessio, su esposo, quiere saber que le preocupa, por lo que le pide ayuda a su cañada, la pérfida Sandra.
Esta le sugiere acompañar-los a un hermoso hotel repleto de sugestivos huespedes, un hotel en el que qualquier cosa puede pasar, incluso que la firme fidelidad de un marido caiga rendida ante las seductoras curvas de su hermosa cuñada