El ateniense Filípides, vencedor de los juegos olímpicos del 400 A. C. se pone al servicio de la patria, empeñada en la lucha contra Darío, rey de los persas. El jefe de las milicias atenienses es Milciades, el cual, cuando Darío se acerca a la ciudad, quiere combatirlo abiertamente, invocando la ayuda de Esparta. En Atenas hay un grupo que desarrolla en secreto una acción en favor de Hipias, enviado en exilio, y querría aceptar el predominio persa. Los jefes de este grupo son Teócrito y Creuso, rico ateniense, padre de Andrómeda, prometida a Teócrito. Éste intenta atraer a su propio partido a Filípides, y para seducirlo le envía a una cortesana. Pero Filípides permanece fiel a Milciades y se dirige a Esparta para pedir ayuda, escapando a un atentado que le han tendido los sicarios de Teócrito. Entre tanto Darío llega a Maratona y Milciades lo ataca. Si bien dan prueba de mayor valor, los atenienses, a causa de su inferioridad numérica, son derrotados. Mientras Filípides sólo con cien hombres se opone por la parte del mar. La heroica resistencia de los ciudadanos salvará Atenas, dando tiempo a los espartanos de llegar a derrotar a Darío. En la lucha en las naves, Filípides ha conseguido poner en libertad a Andrómeda, que después de la muerte de su padre, arrepentida por el mal que había producido, había sido hecha prisionera por Teócrito. Filípides se casará luego con ella.