Después de la 2ª Guerra mundial, un cardenal de fuerte carácter (Alec Guinness) es arrestado como traidor a la patria. Es un hombre de férrea voluntad, pero no lo es menos su interrogador (Jack Hawkins), un hombre benevolente en apariencia que utiliza una amabilidad empalagosa para hacer hablar al cardenal. Finalmente, acaba recurriendo a pruebas falsas, trucos sucios y crueldad. Los meses pasan, y el espíritu del cardenal parece imposible de doblegar. A medida que aumenta la violencia de los interrogatorios, los carceleros llegan a utilizar la herramienta más inmoral de todas: la tortura. (FILMAFFINITY)