Mr. Bean trabaja como vigilante del prestigioso Royal National Gallery. Sus jefes están hartos de él y quieren despedirlo a causa de sus continuas meteduras de pata, pero no pueden hacerlo porque cuenta con la recomendación del director del museo. Para asegurarse de que su incompetencia quede de manifiesto ingenian un plan para enviarle a los EE.UU. como un experto en arte con el fin de adquirir el cuadro más valioso del mundo. (FILMAFFINITY)
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"Confieso que he reído (...) Inteligente y divertida. Es imposible no disfrutar con sus disparates" (Javier Rioyo: Cinemanía)
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"90 minutos de Bean se antoja excesivo" (Luis Martínez: Diario El País)
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"Demasiado larga" (Javier Ocaña: Cinemanía)
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"Amena y divertida" (Fernando Morales: Diario El País)