La señora Crittenden (Cathy Moriarty) contrata al doctor Harvey (BIll Pullman) para que libere su mansión de los cuatro fantasmas que la habitan. Látigo, Tufo y Gordy no toleran a los mortales dentro de la casa y su negro sentido del humor ahuyenta a los más audaces. Su sobrino Casper, en cambio, es un joven amistoso que está harto de sus tíos. Harvey se presenta en la mansión con su hija Kat (Christina Ricci), una soñadora adolescente. Ella y Casper simpatizan inmediatamente, a pesar de que tienen problemas para relacionarse. De Casper huye todo el mundo porque es un fantasma; de Kat también, en cuanto se enteran de la profesión de su padre. El fantasma y la chica son dos almas gemelas que viven en continuo conflicto con sus respectivos parientes.