Michael era un buen hombre y un padre cariñoso, hasta que un día su hijo de siete años murió en medio de un tiroteo entre narcotraficantes. El luto de Michael se convierte en indignación cuando los asesinos de su hijo son acusados solamente por posesión de drogas. A raíz de esto, se decide vengar provocando su propio arresto para entrar a la cárcel y así repartir justicia por su propia mano. Pero en un lugar donde no existen reglas, la venganza no será su única preocupación.