Wan y Ying son ambos de Jiofen, un pequeño pueblo minero. En la ciudad, Wan es aprendiz por el día y va al colegio por la noche, mientras que Ying trabaja como ayudante en una sastrería. Todos piensan que están hechos el uno para el otro y así lo piensan ellos también, pero no logran comprender que el tiempo y el destino están fuera de su control.