A finales del 1800, en Hawai, un comité de higiene decidió que los leprosos debían pasar el resto de su vida en la isla de Molokai, un territorio completamente aislado, en el que imperaba la ley del más fuerte y la muerte. Allí llegó como voluntario el Padre Damián, un sacerdote belga de la congregación de los Sagrados Corazones. El misionero dedicó toda su vida a velar por los leprosos de la pequeña isla hawaiana.
Biography of the father Damian de Veuster, Belgium missionary of the Holy Heart order in an island of Hawaii.