El detective Donald Strachey es contratado para proteger al activista gay John Rutka, conocido por sacar a prominentes ciudadanos de armario. Strachey abandona sus responsabilidades como guardaespaldas cuando sospecha que Rutka está fingiendo las amenazas contra sí mismo. Pero cuando Rutka aparece muerto, Strachey se encuentra con una extensa lista de enemigos con suficientes motivos para matar.