Shame es un ex-policía ahora convertido en detective de mala muerte. Acosado por sus finanzas, acepta un encargo de la DEA para hallar a una mujer desaparecida. Al rato descubre que se trata de una antigua novia, que luego fue pareja de un vicioso gánster de muy malas pulgas. O sea, lo que se viene encima son persecuciones, tiros y muchas frases para el bronce. En la misma línea de taquillazos como El Ultimo Boy Scout, este filme se aprovecha de todos los clichés del género para hacer pasar el rato. Lo consigue.