Mediocre. Es una extraña mezcla de ciencia y religión, pero narrada en forma muy oscura y con ciertos rasgos particulares. El filme no aburre, pero no conmueve. Tiene pasajes que se ponen interesantes pero en otros se torna muy pesada. Se demuestra cómo el ser humano busca incansablemente la búsqueda de la libertad, con un espíritu luchador y apelando a todos los recursos que su inteligencia le provee. La especie dominada supera a la que esclaviza, por ese factor que sólo el ser humano posee: el factor sorpresa. Ni los adelantos técnicos, ni científicos podrán la furia insaciable del hombre por mejorar la situación y abolir todo sesgo de esclavitud. Lo peor del filme no es su contenido, su discurso. Sino la forma de mostrarlo, un guión flojo, inconexo, vertiginoso y poco llevadero. Hay demasiadas situaciones incongruentes, desalineadas, desprolijas. Los efectos fluctuan entre buenos y mediocres, dependiendo de las escenas. En definitiva, no es una gran película ni por asomo. Pero no me aprece tan mala, se rescatan ciertos lenguajes como las actuaciones protagónicas, la fotografía y en ciertos pasajes sus efectos visuales. Pero lo demás, flojo, muy flojo para lo que podría haber llegado a ser.