Para James, el más inteligente de los novatos que están a punto de graduarse en la Agencia de Inteligencia Americana, trabajar en la CIA es una interesante alternativa para escapar de la rutina diaria. Lo que no sabe es que, antes de convertirse en Oficial de Operaciones, tendrá que superar el entrenamiento secreto de la Agencia donde los novatos adquieren los conocimientos necesarios para convertirse en veteranos experimentados. A medida que el jefe Burke le va mostrando los entresijos y las normas del juego, James asciende rápidamente y se enamora de Layla, una de sus compañeras. Pero cuando James comienza a cuestionarse su papel en la Agencia y la relación con su instructor, Burke lo asigna una misión especial que consiste en desenmascarar a un topo. (FILMAFFINITY) ---------------------------------------- Pacino recruta y entrena a Farrell para la CIA. Todo es muy secreto, aparentemente muy intrigante en un mundo supuestamente atractivo y donde nada ni nadie es lo que parece... excepto la película en sí: dirección y reparto cumplen con una historia mediocre, efectista y trillada, de apariencia seria y guión simple que intenta asombrar un poquillo al final. También son 105 minutos de cine comercial americano de consumo masivo: una de esas películas que se convierten, durante unos meses, en la reina de la estantería del videoclub para ser alquiladas los sábados por la tarde. El problema es que el joven Colin ya tiene un par de títulos en esa misma balda, y el veterano Al no lo necesita: ya es parte de la historia del cine. Así que la decisión es del espectador... ¿Qué día es hoy? (Pablo Kurt: FILMAFFINITY) ---------------------------------------- "Es el tipo de película en la que puedes sentarte en la butaca y disfrutar, siempre que no cometas el error de pensar demasiado" (Roger Ebert: Chicago Sun-Times) ---------------------------------------- "Como Christopher Walken o Marlon Brando, el Sr. Pacino frecuentemente usa su talento para hacer una película mediocre más interesante. Todo lo demás en "The Recruit" es cansadamente predecible pero, al menos, él no lo es." (A.O. Scott: The New York Times)