Lupe (Elena Anaya) vive encerrada en casa, presa de una brutal agorafobia. Viéndola en bata y zapatillas, dependiendo para todo de su madre y con un hijo adolescente que la detesta, nadie diría que en los 80 fue una estrella de rock. Su madre, cansada de ver a su hija convertida en una persona egoísta y conflictiva, la Noche de los Muertos decide hablar con su hijo Diego. Diego vuelve a la casa familiar con el aspecto de siempre: un chaval de veintipocos de mirada ausente, pero está muerto, es un fantasma. (FILMAFFINITY)